Los precios del petróleo se recuperaron el miércoles, manteniéndose justo por encima de mínimos de cuatro años, ya que los mercados reaccionaron a las nuevas esperanzas de conversaciones comerciales entre Estados Unidos y China y las señales de desaceleración de la producción estadounidense. El crudo Brent subió a 62,59 dólares el barril, mientras que el West Texas Intermediate (WTI) subió a 59,59 dólares, extendiendo un modesto repunte de alivio tras las fuertes pérdidas provocadas por los acelerados aumentos de la producción de la OPEP+.
El anuncio de las próximas negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China ayudó a aliviar las preocupaciones sobre la demanda, proporcionando un apoyo temporal a los precios del crudo. Sin embargo, los analistas de ING advirtieron que, si bien tales conversaciones pueden elevar la confianza, las mejoras reales requerirían un progreso tangible en los aranceles para impulsar significativamente las perspectivas de la demanda.
En respuesta a la caída de los precios, varias empresas energéticas estadounidenses, incluidas Diamondback Energy y Coterra Energy, han anunciado reducciones de plataformas. Esto, junto con una caída reportada de 4,5 millones de barriles en los inventarios de crudo de EE.UU., sugiere que la producción puede desacelerarse en los próximos meses, lo que podría endurecer la oferta y respaldar los precios.
Los indicadores de demanda global también ofrecieron apoyo. El gasto del consumidor chino aumentó durante el feriado del Primero de mayo, y las ganancias corporativas europeas superaron las expectativas. Además, las tensiones geopolíticas derivadas de la guerra entre Rusia y Ucrania y los disturbios en Oriente Medio continúan apuntalando los mercados petroleros, reforzando los riesgos del lado de la oferta.
El dólar estadounidense recuperó cierta fortaleza antes de la decisión de política de la Reserva Federal, que podría limitar las ganancias del petróleo, ya que un dólar más fuerte encarece el crudo para los compradores internacionales. Al mismo tiempo, el rango de precios actual, por debajo de 65 dólares por barril, deja pocos incentivos para que los productores estadounidenses perforen nuevos pozos, lo que podría ralentizar el crecimiento de la producción en 2025.
A pesar de la recesión, la mayoría de las grandes petroleras como ExxonMobil, Chevron y Shell han mantenido sin cambios sus planes de gasto de capital, anticipando una recuperación a más largo plazo. BP ha sido la excepción, recortando su presupuesto y advirtiendo de posibles nuevas reducciones si las condiciones del mercado siguen siendo débiles.
Si bien los precios del petróleo se han recuperado, los mercados siguen siendo frágiles. Las esperanzas de un avance comercial, la desaceleración de la producción estadounidense y las firmes tensiones geopolíticas están respaldando los precios por ahora, pero los temores de exceso de oferta y las débiles perspectivas económicas continúan pesando sobre la confianza. Sin señales de demanda más fuertes o claridad de política, es probable que la volatilidad persista en las próximas semanas.